Historia

La crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto otra epidemia mundial: el abuso sexual infantil y la explotación en línea. Con tanto los agresores como los niños en casa usando internet, la atención de casos se ha disparado. El impacto de estos delitos contra los niños es innegable. La depresión y el suicidio son comunes y están en aumento. Este proyecto ofrecerá asesoramiento orientado al trauma, así como otros tipos de apoyo a las víctimas, como visitas domiciliarias y terapia familiar, a través del Centro de Defensa del Niño en Chiang Mai, Tailandia.

Impacto

En 2019, el equipo de HUG ayudó a 36 jóvenes en su transición de víctima a sobreviviente y más allá. Desde el rescate hasta la recuperación, buscamos no solo liberar a las víctimas del peligro físico y psicológico inmediato, sino también empoderarlas para una vida adulta sana e independiente. Mucho más que la ausencia de desesperación, nuestro objetivo es que cada niño sobreviviente experimente fortaleza, esperanza y resiliencia duraderas. "Lucharé por mi futuro." - Cliente de HUG de 14 años.

Desafío

Sin ayuda, muchas víctimas infantiles en Tailandia se encuentran sin esperanza. "El incidente me causó mucho estrés, me deprimí y pensé en suicidarme. No desaparece. Siento que estoy muerta y no puedo olvidarlo" (traducido de una declaración de un cliente de HUG, abril de 2020). Para las víctimas de delitos sexuales a través de internet, la devastación se agrava por la exposición continua a medida que el material circula en línea por todo el mundo. Los padres de las víctimas de abuso también luchan por lidiar con la culpa y la impotencia.

Organizador

Actualizaciones

Las actualizaciones aparecerán una vez que el creador de la campaña las publique.